De chico era un niño travieso, curioso, inquieto y con mucha energía. Tenía dificultad para quedarme quieto y estar concentrado en un tema fijo.
Me desesperaba y aburría en las clases. Tenía necesidad de moverme, investigar, analizar y jugar.
Los directores constantemente le pedían a mi madre que me medicara, pues no veían otra solución. Ella nunca estuvo de acuerdo al respecto.
Los profesores me veían como un niño problemático que quería arruinarles la clase y en ocasiones me agredían por la desesperación que sentían de no poder controlarme.
Aprendí a revalidar mi autoestima ante el grupo haciendo travesuras y retando a los maestros.
Esto me creo una profunda inseguridad en mi persona, ya que me sentía etiquetado, invalidado, rechazado e inferior a otros niños.
Hoy tengo una perspectiva diferente sobre aquello que veía como limitaciones y defectos. Mi inquietud, creatividad, energía, son en realidad un Talento, un don.
Gracias a estos talentos hoy puedo dirigir varios negocios desarrollar múltiples proyectos, ser coach y consultor.
Mi misión con este proyecto es ayudar a niños que como yo se sienten frustrados, tristes y poco entendidos. Que tienen dificultad para hacer actividades que para otras personas son completamente ordinarias pero que a su vez se sienten capaces, apasionadas , talentosas y que con el apoyo y enfoque correcto podemos lograr cosas extraordinarias.